No somos de quién nos reconstruye, sino de quién esperó pacientemente nuestra reconstrucción,
somos de quién nos amó a pedazos
y besó con ternura nuestras piezas
sin juzgarnos,
somos de quién no huyó de la tormenta
cuando todo el caos iniciaba
sino aguardó al arcoíris,
somos de quién nos abrazó fuertemente
e hizo huir nuestros demonios
en una sola noche,
somos de quién nos vio realmente
y se sintió afortunado de
tenernos,
somos de quién nos llena de besos
y no de mentiras,
ni mucho menos pretextos,
somos de quién nos escuchó
y nos descifró en las
peores noches,
somos de quién nos enseñó
que el amor es mejor
siendo libre.